viernes, 11 de enero de 2013

lunes, 17 de diciembre de 2012

la experiencia de la educación a distancia

Cuando tenia 17 años, decidí hacer un curso a distancia de educación infantil. Debo recalcar que en aquella época también estaba estudiando segundo de bachillerato. Y además, trabajaba a media jornada en una tienda de ropa. Evidentemente, nunca me lo llegué a sacar debido al excesivo volumen de faena que llevaba con todo. Mis motivos a querer sacarme ese curso a distancia era el poder tener alguna motivación, ya que el bachillerato me era demasiado aburrido, y necesitaba una pizca de aprendizaje positivo. Pensé en que realmente podría.Pero, el hecho de no tener ninguna obligación, hacerlo a mi ritmo y como yo quisiera, jugaron en mi contra. Nunca encontraba el momento en ponerme a leer y hacer las evaluaciones. Al final se pasó el plazo de obtención del titulo y ahí se quedó. No obstante, no me arrepiento de haber invertido el dinero en ello, ya que obtuve una gran información de un tema que para mi profesión me es muy necesario. Y siempre estará ahí. De hecho no es la primera vez que recurro a ello para poder responder a mis inquietudes, y más ahora con las prácticas de un CRAE con niños de 2, 3 años. La educación a distancia en mi caso no funcionó. Creó que los motivos a llevarme a la no acreditación y ahora a no impulsarme a ese tipo de cursos es porque necesito una atención directa para poder captar mi motivación, necesito a un profesor que me explique experiencias, sentimientos y emociones. de la otra manera es formal y vació de valores. Pero no por mi fracaso significa que estoy en contra. Apoyo la educación a distancia para aquella gente que realmente tiene capacidad para auto enseñarse a si mismo. Yo por mis aptitudes no encaja conmigo. Además que también creo que el hecho de haber tenido esa edad me afectó. Quizás ahora no lo dejara tanto de lado si realmente me motivara lo que leo. No obstante, si tengo la opción de ir a obtener la enseñanza directa siempre lo elegiré antes, aunque ello me suponga desplazarme, tener una rutina etc.